lunes, 1 de junio de 2009

El Flautista Spinetta

Insoportable es tu voz, maldito Spinetta. No puedo dejar de escuchar ese disco, gotera inacabable que enreda mi secuencia lógica. Vocecita de mosca muerta, que no mata a nadie, torturas mis espacios libres con tus coros.
Si te viera cara a cara te pasaría factura, por los minutos que has utilizado mi pensamiento, yo que pude estar en otros paisajes, disfrutando a otros tenores, me la pasé tarareando, intentando imitar tu escuálida voz.
Eres una lagartija del desierto, y alguna vez tuviste socios, ahora sólo zombis te siguen, tus ratas somos, flautista fónico. No llegas al cielo ni siquiera en el camino te quedas, en el limbo vivirás, entre los sueños de la gente que deambula en estas cuevas.
He roto tus discos, los hice añicos, haz dañado mi cortex, maldito Spinetta, no puedo dejar de escuchar tu disco a quien miento así lo haya roto, el mañana no existe hoy estoy aquí escuchando otra vez tu insoportable voz: “Silba y gira alguien en Balvabuena…”
¿En qué pensabas maldito flaco, escuálido inmundo, qué creías, que vendías notas y alegorías? Irresponsable sujeto, adquirí verdad; verdad cambiante, camaleónica y funesta. ¿Qué creías intransigente porteño, que habías compuesto algo digno?
Me estafaste, me diste ideas, abriste puertas, perdí la fe; pues ella no comulga con tu verdad.
En este claustro somos pocos, caminamos indiferentes entre nosotros, nos cubrimos la cabeza, mientras escuchamos tus palabras desde un play que nos has implantado, aquí estamos lejos de los mundanos y los feligreses que te miran pero no te escuchan cantar.

2 comentarios:

El perro andaluz dijo...

Una vez que el flaco te lleva a "su zona", ya te caaste ya...

ACM dijo...

si pe causa ya fuistes ya... apropósito, mi tio Kun Fu pensé que era inmortal...