domingo, 27 de abril de 2008

El disfraz del silencio.

El silencio es un lienzo en blanco al que hay que dar color, el silencio es un cuaderno en blanco donde escribir. Muchas personas tienen la necesidad inmediata de eliminar el silencio, hacen ruido, hablan, encienden la radio; le tienen pavor.

Pero el silencio es animal extinto, quizás sólo existió en el laboratorio de Robert Boyle. Fue concebido con el propósito de comprobar las leyes de la física, aquellas leyes que son similares a las constitucionales, son creadas para no ser cumplidas.

Ni en el lienzo en blanco, ni en el cuaderno nuevo hay silencio, siempre habrá una mínima partícula de color, el blanco mismo es el color base, el sonido tenue, el imperceptible, ese se ha disfrazado de silencio, nos ha hecho creer que este aún existe en alguna montaña del Congo o en el Salar Uyuni, pero el silencio es solo un concepto, mas no una realidad.

Ejemplifiquemos:

• Una madrugada cualquiera en cualquier lugar todo es quietud, pero lejos se escucha un motor de algún vehículo, en los Alpes europeos, por algún momento no hay máquina que intervenga en el espacio acústico en el que uno se encuentra, pero se escuchan las aves, las hojas, el rio.

• En el mar, el sonido de algún barco puede ser percibido o el canto de las ballenas, el mismo agua genera su discurso.

• Una madrugada en la ciudad de Lima, en un apartamento en el piso 20, pareciera no escucharse nada, pero el reloj de la sala se presenta con su tic tac que acompaña el motor del congelador.

• En un convento de meditación alejado de la civilización, cuando nuestro pulso suena acompaña a nuestra respiración, tampoco hay silencio.


No podemos escapar a él, el sonido ha dominado nuestro mundo siempre lo hizo desde el big bang, o el verbo de Dios, quizá el mundo desaparezca con un gran sonido o uno muy leve, pero el sonido existirá en otro planeta o en otro sistema. Las esferas continuarán sonando, el sonido es el universo mismo, es la evidencia de la existencia, el ruido es creador, es el proceso.

El silencio existe sólo en teoría. Nosotros somos los usuarios temporales, no escuchamos, y si desaparecemos, el sonido existirá aún, mas allá de nuestras carnes y huesos, más allá de nuestro oído medio o interno.

El disfraz del silencio es el viento, el aliento, es el sol y el agua, el disfraz del silencio es una nota que agoniza suavemente entre las cavernas del pabellón, el tímpano y el caracol.