viernes, 24 de abril de 2009

Es.

Suelo escribir cosas relacionadas al sonido y cuando estoy en grupo también encamino la conversación hacia las ondas y los ecos.
Me considero un ente sonoro, pero no por creer tener una capacidad especial de escucha, o por poseer un maravilloso “oído absoluto”, como el de mi tío Charly; me considero sonoro, por que hablo del sonido, leo acerca de él, me interesa todo lo que tenga que ver con vibraciones, parlantes, cócleas, bajas frecuencias, psicoacustica y por supuesto música.
El sonido para mi, es algo así como un chicle sin fin, todo el día lo mastico porque aún no se le quita el dulce inicial. El sonido es un gol de la final de la copa sudamericana, el suspiro final de un pariente en agonía, el sonido para mi es el rio Urubamba a las 5 de la tarde, cuando oscurece y los peces se acercan a las riveras. Es el canto de las ranas en la lúgubre noche, es el grito de pavor de un niño que una vez escuchó un fantasma. El sonido es el rascar de un perro que no me deja dormir, los tacos de la mujer que quiero, la voz de la mujer que odio. El sonido es para mí un trueno 10 segundos después del rayo, es el rayo sin el trueno. El sonido es para mí un remolino de eleva el agua de un arroyo hasta que las piedras se vean. Es un huayco y una ola, un disparo y el quejido de un animal al morir. El sonido para mi es orinar al borde, mas no en el agua. Es una radio de onda corta, una canción específica en un segundo del día. Son los choritos a la chalaca de esa playa al sur de Lima. Es un pisco en mi despedida de soltero. Un “no puede ser” en el concierto que tanto esperé. El sonido es para mí la foto de ese salmón cuando surca contracorriente. Es lascivia y pasión en un lugar prohibido. Es un ovni en el barrio del colegio. Son las caricias de mi abuela, el amor de mi madre. El sonido es abrir esa puerta que no debía, es encontrar mi valija que pensé extraviada. Son 4 o 5 partes del cuerpo de una mujer, son, aparte de esas partes, el sentido que tienen ellas para decir sin decir. Es un perro lamiendo mi mano, un ladrón corriendo despavorido con mis cosas. Son las palabras que defeco y los ruidos que genero, son las comas y son los puntos, el sonido es un silencio y casi siempre es un punto final.

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